lunes, 22 de junio de 2015

Chappie. La chatarra rapera

Quería ver desde hace tiempo esta peli, en la que salía el indio del "exitoso hotel marygold" y nuestro querido y adorado australiano lobezno, que sorpresa, en esta película hace de malo.
Sólo tengo tres palabras para describir a esta película: "pedazo de bodrio". Parcia que marchaba bien durante la primera media, un robot con conciencia que parece un niño pequeño, una cosa adorable, el problema viene ahora cuando los macarras que lo tienen comienzan a enseñarle palabrotas, insultos, y posturas típicas de barrio bajeros. Total de adorable a insoportable, y lo segundo duro hora y media, y encima coje y le pega una paliza a Jackman, pobrecito mío, con que posturita me lo deja en el suelo. 
Para ir abreviando el que quiera perder dos horas de su vida entre escenas tiernas e inocentes y otras en las que te entran ganas de pegarle dos cuantas bien dadas a más de uno ¡Adelante!, yo no os lo impediré 

sábado, 20 de junio de 2015

Capitulo 03

Llevaba tiempo sin poner nada, total por aqui la unica que pasa soy yo
Con todos ustedes Capitulo 03:
Me desperté más tarde de lo que pretendía. Algunos días me los pasaba durmiendo, sobre todo por el día, ya que algunas noches me las pasaba en vela.
            Me levanté de la cama y me cambié de ropa, aunque solo tenía la ropa con la que vine ayer.
            Bajé al piso de abajo para ir al salón. Allí estaba Hellen con un portátil en su regazo. Al darse cuenta de mi presencia se giró hacia a mí.
            -Buenos días, no te había oído llegar.
            No me extrañaba, normalmente la gente me ignora; pero no era por mi aspecto, era más bien instinto.
            -Buenos días- intentó dirigirme una sonrisa
            -Buenos días.
            -Te levantas muy temprano, me sorprende ver eso en esta casa.- rió con una pequeña carcajada.- Perdona por volver tarde anoche, surgió un pequeño problema.
            -No pasa nada- mi voz sonó cansada
            -¿Ocurrió algo ayer?
            -No, solo Daniel y yo nos quedamos dormidos, después vino Iak y nos despertó.
            Tenía en la cara una expresión de sorpresa.
            -¿Pasa algo?
            -No, nada, ¿qué te apetece desayunar?-cambió de tema
            -¿Qué soléis desayunar en Ceuta?
            -No hay nada típico, solemos desayunar cualquier cosa, pero podemos preparar algo que te guste
            -Con cualquier cosa me conformo.
            -De acuerdo- se levantó y me hizo un gesto para que la siquiera.
            La cocina era enorme, y sencilla. Estaba a punto de preguntar por qué tenían una casa tan grande para solo cuatro personas, pero me mordí la lengua.
            -¿Te apetece unas tortas morunas?
            -Nunca había oído hablar de ellas.
            -En ese caso te prepararé unas tortas con té moruno.
            Se dirigió al horno y de él, sacó una bolsa blanca que tenia unas tortas cuadradas cogió un plato y lo calentó en el microondas, después se puso a preparar el té. Cogió una pequeña cacerola, la llenó de agua, y la colocó en la encimera. Cogió un puñado de hierbas de la nevera y las echó al agua. Después de esperar,  me tendió en la mesa el vaso de té y el plato con  la torta cuadrada.       
            Estaba buenísima, era salada y con el té caliente y dulce lo equilibrada.
            -¿Qué son?
            -Son tortas y té moruno, esta bueno ¿eh?
            -La verdad es que si
            Me estudiaba de forma extraña
            -Hablas muy bien español, teniendo en cuenta que no lo practicas mucho
            Descubrió el pastel
            -Se me dan bien los idiomas, además también hacíamos exámenes orales- chúpate esa.
            Suspiró.
-Me voy a trabajar, tengo muchas cosas que hacer- se levantó de su sitio y dejo la taza en el lavavajillas- Ah, casi se me olvida- me miró- mañana podemos ir a comprar algo de ropa, si te parece bien.
            En ese momento bajó Iak con un gato ronroneando a su paso. Iba solo con  un pantalón  puesto. Que original
            -Claro-suspire desanimada.
            -Buenos días- Bostezó
            Hellen le devolvió el saludo.
            -Good morning- Tenia que aparentar.
            -Iak, recuerda que tienes que un par de cosillas para esta misma mañana- ordenó.
            Iak la miró fijamente, sopesando en sus palabras.
            -Tengo cosas que hacer con Eloy
            -Pues tendrás que hacerlo en otro momento, necesito que lo hagas ya.
            -Mis planes están antes.
            Hellen se estaba poniendo de los nervios.
            -Se acabaron los buenos modales, si no quieres quedarte sin coche y sin salir, será mejor que hagas lo que te pido.
            Echando humo como una moto,  se fue de la cocina murmurando por lo bajo. Hellen salió detrás de él.
            Un maullido me alerto hacia mis pies. Era el gato frotándose contra mí. Salto a la mesa y me incitó para que le acariciara, y ronroneo; parecía que le había caído bien.
            -Increíble- escuché decir a Daniel. Eres la primera al que no le sisea- me miraba asombrado por la hazaña.
            Reí ante su encanto
            -Tampoco es para tanto, solo le he gustado
            -¡Pero qué dices!, el único al que deja acercarse, es Iak
            Bueno, tenía un enemigo menos, aunque fuera un gato.
            -Sandra- Preguntó un poco tímido -¿Qué le pasó a tus padres?
            Me quedé inmóvil, inexpresiva. Un montón de imágines recorrieron mi mente, eran mis recuerdos. Recuerdos que no podía recordar con claridad y me daban dolor de cabeza.
-¡Sandra!-salí del tranza ante el chillido.
Estaba acostada en el sofá
-¿Qué ha pasado?
-Has entrado en shock-Antonio estaba al lado de Hellen
-Pero estoy bien
-¡Sandra, esto no es una tontería! Es muy serio- Hellen estaba muy alterada, y pálida.
-Creo que deberíamos dejarte un periodo de adaptación- Empezó a decir Antonio, -y empezar las clases el trimestre que viene.
            -¡No!- Grité – no es necesario…
-No hay más que hablar, Sandra- Sentenció Antonio
            -Te acompañaré a tu cuarto para que te eches un rato.
Hellen me acompañó a mi cuarto. En cuanto me acostó y se fuera, vino Daniel con los ojos rojos y medio llorando, detrás venia Iak con la expresión de desilusión.
Daniel salió corriendo y me abrazó. Me pedía perdón entre lágrimas y llantos. Yo le abrazaba y le decía que no había pasado nada. Pero Dani no parecía creerme.
            -Déjala ya, tiene que dormir-interrumpió Iak y se fue.
            Dani se fue detrás de él.
            La habitación quedó en silencio. ¿Qué es lo que me había pasado?, ¿qué eran esas imágines que vi? Podrían haber sido de antes de que perdiera la memoria, pero si es así… ¿Por qué me había puesto de esa manera?, ¿por qué me había desmayado?
Aquellas preguntas que me formulaba no tenían respuestas. Menuda mañana estaba teniendo y todavía no había estado aquí ni veinticuatro horas y ya había tenido mi primer percance. Genial, las cosas se ponían cada vez mejor, y yo sin poder moverme de esta habitación por el resto del día.
Al no poder hacer nada y después de haber estado un buen rato mirando el techo, me decidí por echarme una cabezadita.
En mi sueño, nada de las últimas horas había sucedido, estaba en casa, con mi abuelo, comiendo aquel bizcocho de chocolate, y mientras él me decía una y otra vez que me buscara a una amiga, con quien charlar y salir. Daría cualquier cosa por volver atrás y evitar todo esto.

Un fuerte estruendo me levantó de golpe de la cama. Odiaba tener el oído tan agudo en esos momentos.
Escuchaba carcajadas y a alguien maldecir todo el tiempo. Más estruendos.
Me decidí a suertes si bajaba o no bajaba con el ´´pito pito gorgorito…`` me tocó bajar.
Miré el reloj que había encima de la mesita de noche. Las seis, bonita hora para salir de la cama después de haber estado más de cinco horas durmiendo.
Bajé al piso de abajo y fui a la cocina, me moría de hambre. En la cocina estaba una chica alta, morena y de pelo oscuro, rebuscando en la nevera. En cuanto advirtió mi presencia se giró y me miró estupefacta por el susto.
-¡Que susto! Eh… hola- me saludó-¿tú eres la chica de Dublín?
Asentí con la cabeza. Pareció relajarse en cuanto le respondí.
-Perdona, es que verte así de repente…
-¡CARIS!-Gritó alguien desde el piso de arriba
-¿Me ayudas?, Iak se ha hecho daño en el brazo por culpa de Eloy
¿Quién será Eloy?
-A, oye ¿cómo te llamas?- me preguntó mientras me daba una bolsa de guisantes congelada –Soy Caris
-Sandra.
-Pues Sandra,-me clavó la mirada- vamos a fastidiar un poco a Iak- le apareció una sonrisas en la cara, de oreja a oreja.
Me lo replanteé antes de contestar, al cuerno, estaba claro que ese tipo me odiaba y no iba a dejar que me pisoteara.
Caris cogió el botiquín y varias bebidas de la nevera y nos fuimos al cuarto de Iak. La puerta estaba cerrada con llave y tuvimos que tocar en la puerta.
-¿Quién es?- preguntó alguien detrás de la puerta
-La boticaria, abre ya- contestó Caris
-No sé, no sé…
Cansada de las bromas, posé la mano en el picaporte sonó un ´´click``  y ´´ábrete sésamo``.
Caris me miraba como si hubiera visto un fantasma.
Un tipo de casi dos metros apareció delante de la puerta. Era un chico de ojos azules que me recordaban a los míos en mi otra forma. Su cara era de rasgos finos y el pelo era de un negro intenso y brillante, además de llevar mechas moradas y rojas.
Su mirada se encontró con la de Caris.
-Ya era hora, me moría de sed, ¿qué habéis estado haciendo, ir de turismo?
A simple vista parece un angelito que daba un poco de miedo, aunque para empezar era un borde.
-Pues, haber ido tu y yo me quedo con Iak.-Bien por Caris.
-Vale, vale. Oye ¿de donde habéis sacado la llave?
Caris me miró antes de contestar.
-Ya estaba abierta
-Si la había cerrado…
-Queréis dejar de hablar y traer el alcohol
No me había dado cuenta del olor a sangre en el aire. ¿Pero que me pasaba?, ¿por qué no me daba cuenta de lo evidente?
Entramos en la habitación y Caris se puso blanca al ver la sangre corriendo por el brazo de Iak.
-¿No crees que es el momento de que te vayas?
-No, me quedo- declaró
Eloy cogió el botiquín y todo lo demás, y se sentó en un banco de enfrente de Iak.
-¿Cómo lo has traído?, ¿no se había hecho daño en el pie?
-Lo trajo su príncipe azul en un corcel blanco- dicho eso, Iak lo empujó del taburete y se comió el suelo con creces.
-Cierra la boca, vine solo.
-Bueno, ¿necesitáis algo más?-siguió Caris
-¡Largaos de una vez!- gritó Iak enfadado, mientras me miraba fijamente.
Nos fuimos lo más rápido que pudimos y cerraron la puerta de golpe.
-¿Por qué se pone así de repente?- Pregunto Caris
-Tengo una corazonada.
Caris me miraba con cara de pena, sabía lo que estaba pasando, ´´ Iak, le odia``. Pero no iba a decirle que el sentimiento era mutuo. La barrera que iba levantando era cada vez mayor.
-Voy a echarme un rato, me alegro de conocerte- y me fui.

___________
Iak

-¡Ten cuidado que duele!- Le gritaba a Eloy.
Me estaba echando el alcohol con si fuera agua, el muy cabrón
-Se bueno y te daré una piruleta
Le odiaba en ese momento, pero, la venganza es un plato que se sirve frío. Por fin acabo de vendarme la herida.
-No me parece tan mala- comentó Eloy sin venir a cuento.
-Ya la has visto, cuando te mira te da la sensación de que va ha saltar sobre ti.
-Esa sensación no es que me importe mucho- Ignoré aquello, si no tendría que matarlo.
La sensación que sentía estando a su lado me era imposible de explicar. Parecía que estaba con algún león para ser su cena.
- Aunque tenia la sensación de que debería salir corriendo, pero, a lo mejor es cariñosa.
No lo creía. No sabía nada sobre ella, solo que su tutor había muerto y antes de eso les había pedido a mis padres que cuidaran de ella. Ni se lo pensaron antes de aceptar. Y a la primera de cambio me la encasquetaban
-Eh, Iak,- me sacó de mis pensamientos- dale una oportunidad.
-Ni hablar, no confiaré en una desconocida- declaré – Voy a darme una ducha, si viene Cristina,- le miré a la cara – no dejes que hable con la rara, es posible que la mate.
Me levanté y fui de camino al baño que había en mi habitación.
-No entiendo como te gusta esa tía, te trata como si fueras un objeto que solo puede usar ella.- Suspiró – No sé si me entiendes.
Sí, tenía razón, por eso debía tener cuidado. Una vez duchado y vestido, salí del cuarto para ir al salón, pero me detuve en la escalera y me vino a la mente lo que dijo Eloy: ´´ Dale una oportunidad``
Miré el cuarto de Sandra, la puerta estaba entreabierta, y se escuchaba un ruido extraño. Me decidí a entrar en su habitación sin hacer ruido. Estaba temblando, pero, no hacía frío y el aire acondicionado estaba encendido. Me acerqué un poco más, su cara estaba ocultada por su pelo. Se lo aparté de la cara y me penó ver que estaba llorando.
Me senté a su lado y le quité las lágrimas, intentando no despertarla. Parecía haberse calmado, ya no lloraba ni temblaba. Estaba en calma.
Quizás estaba siendo demasiado duro con ella. Pero me ponía tan nervioso. En parte me sentía, seguro; pero por otro lado mi cuerpo me decía que corriera.
La miré. Así dormida no daba miedo.
Puse mi cabeza en la suya y respiré su aroma. Olía a bosque, un olor extraño, era muy natural, como estar en el campo.
-¡Iak!- llamó Eloy desde abajo.
Tenia que dejarla. Después volvería con ella.
Bajé al piso de abajo y Eloy y Caris me esperaban con cara de aburrimiento.
-¡Venga!, ¿queréis llegar tarde al cine?- Dije bromeando
-Tendrá morro- Susurró Caris.
___________
Sandra
Un golpe en la cabeza me despertó de pronto.
-¡Ay!- gemí
En la almohada estaba Shirumy. Un águila mas grande de lo normal, blanco.
-Pero que te pasa.
-¿Qué te pasa a ti?- me preguntó
Sí, podía hablar, cosa que a veces desearía que no hiciera.
-No te esperaba tan pronto- Shirumy era rápida cuando se lo proponía.
-Me tenías preocupada.
Shirumy solo me miraba con ojos compasivos. No intentaría decirme, que no tuve la culpa, que no me lamentara, porque no serviría de nada.
-Lo más importante es que estas bien…
-Eso no me importa- le interrumpí
Siempre que herían, sobrevivía. Daba igual que me atravesaran, o me cortaran el cuello. Siempre salía a adelante, me curaba las heridas y se acabó.
-Ese tipo, el que acaba de entrar.
¿Iak había entrado?
Aléjate de él, no esta rodeado de buena compañía – dicho eso se fue volando por la ventana.
¿Por qué habría dicho eso?, y ¿por qué Iak había entrado? A lo mejor venia a disculparse. Pero que digo, es el tipo de gente que quiere llevar la razón

Me había quedado sola en la casa, y seguir durmiendo no me apetecía, así que, cogí una de las novelas que había en la estantería, para pasar el tiempo.

Jurasic World, me da igual como se escriba, para mi la peli de los dinosaurios

Ayer me tomé un descanso y me fui al cine, la cartelera estrenó varias películas, pero tenía en mente desde hace varios días la película de Jurassic World, ni siquiera la nueva película de Dani Rovira, me impidió ir a ver una de mis películas de la infancia, no todo eran princesas disney.
JW, comienza como una película familiar de dos hermanos, que se van de vacaciones, nada más lejos de la realidad, en realidad los padres se los quitaban de en medio mientras llevan el divorcio, y la verdad es que, en ninguna de las anteriores películas, faltaba algún niño perdido entre tantos fósiles vivientes, aunque pensándolo bien, pierde bastante si no hay ningún grito perdido en el bosque. No hubo tanta tensión en el ambiente, aunque si había comedia en el film, más que en las otras, como se nota que faltaba Steven en la producción. Que recuerdos me vieron cuando vi los escenarios de la primera película, todavía tengo la película de VHS, esas tardes en casa de mi abuela...
A lo que me iba que me voy por las ramas. Una película graciosa, el Cawboy de velociraptors tan buenorro como debería estar, el Indomitus rex, feo de narices, y malo como la madre que lo parió, la protagonista femenina con tacones durante toda la peli, que no se los quitaba ni para correr del T-rex, si señor, el gran tiranosaurus Rex, se le echaba de menos, y que no se nos olviden los velocirraptores, en esta película sorprendentemente domesticados, ( yo quería uno ), total una buena película con la que pasar el rato, entre ciencia ficción y carcajadas oportunas

Aqui el trailer:


martes, 10 de marzo de 2015

Capitulo 2

Segundo Capitulo, disfrutad esta semana:


Me encontré tendida en un sofá con una bolsa de hielo en la cabeza. Me dolía a horrores.
-Menos mal que has despertado, me veía castigado de por vida -dijo un niño pequeño situado encima de mi cabeza. No llegaría a los diez años.
-Yo todavía te veo una temporada castigado -dijo la voz femenina.
La voz sonó detrás del sofá.
Alce la cabeza para verla. Era una mujer que aparentaba unos cuarenta años. Tenía el pelo y los ojos castaños. Y parecía bastante enfadada.
Estaba claro que cuando se enfada, la tierra tiembla bajo sus pies. Comparándolo con el mió ella era un cachorro, aunque raramente me dejaba llevar por mis instintos, considerando que lanzaba rayos y mi cuerpo era una batería a punto de estallar.
Busqué con la mirada a Manolo y a Peter, estaban sentados en otro sofá, parecían bastantes preocupados.
Volví a mirar al moreno que estaba sentado junto a mí. No podía dejar de  mirarle. Nunca me habían llamado la atención de ese modo, a menos que fuera la pija de Rosalie para hacer que templara cuando me miraba, a pesar de todas las veces que la había echo temblar cuando intentaba dominarme, siempre se echaba a temblar. Daba igual que me enviara a un grupo de matones para que me dieran una paliza, o conseguía evitarlos o me daban una buena tunda y me dejaban tirada en la calle. Una vez llego a apuñalarme, y al ver que estaba como una rosa la mañana siguiente, por poco salía gritando que era un fantasma.
Me reía mucho cuando llegaba a casa y se lo contaba a…
Reprimí aquellos recuerdos, no podía soportar la perdida de la única persona que me quiso como era, que me protegía.
-Cariño ¿te encuentras bien? – volví en si, cuando la voz de la mujer me preguntó
-Creo que sí- gemí
La mujer se situó frente a mí y me toco la cabeza. Lancé un gemido de dolor y apartó la mano.
-Vas a tener un chichón bastante grande
-A mi me lo va decir- me incorporé.
El chico moreno se levantó para dejar paso a la mujer y sentarse.
-Siento mucho lo que te ha pasado –dijo con angustia-, Daniel pensó que eras otra persona y te tiró un cubo de agua congelada a la cabeza.
Ahora entendía por qué me empapé. Y aun lo estaba.
Sonó un carraspeo. Era Manolo.
-Hellen creo que va siendo hora de que nos vayamos.-dijo levantándose
-Esperad, no me dejareis aquí, ¿verdad?- dije en inglés.
-Pues sí –dijo Peter- Sandra, ella será tu tutora.
Se me congeló el rostro nada mas oír eso. Aquí era donde iba a vivir. ¡Me habían tirado un cubo de agua a la cabeza, por Díos me tendrían que enviar a otro sitio antes de que sufra otro golpe.
Antes de que pudiera reaccionar, salieron por la puerta despidiéndose, cerrando la puerta tras de sí.
 Ahora si que las cosas no podían ir peor. Esta familia me iba a matar, antes que quedarme, prefería entregar mi alma al mismísimo demonio. Será un milagro si sobrevivo con esta pandilla de locos.
-Bueno-dijo Hellen-, supongo que estarás cansada. Te dejaré que descanses un poco mientras te preparo tu habitación. Iak – le lanzo una mirada furtiva-, haz el favor de vigilar a tu hermano cuando te lo pido ¿de acuerdo?
Se habían puesto blancos como la leche. Confirmado, nuca te matas en su camino.
Se dispuso a salir por la puerta donde estaba apoyado el tal ´´Iak``. Él simplemente se quito de en medio con la mirada perdida, Hellen lo miró con tristeza y desilusión. ¿Tendría que ver yo en algo?, normalmente cuando llega un miembro nuevo a la familia, todos se ponen contentos. Pero aquel silencio me decía que no iba a hacer buenas migas con Iak.
-Daniel, vamos a dejarla descansar- mencionó aun con la mirada perdida.
-Qué…, yo no quiero irme- replicó.
-Como quieras, yo me voy, ya veras mamá cuando se entere de que no la has dejado descansar.
-Jo…, - dijo haciendo pucheros -que descanses-se fue despidiéndose
En cuanto se cerró la puerta solté un gran suspiro.
Iban  a pasar muchas cosas, muchos cambios, muchos problemas…
Me levante y fui a la ventana que había detrás del sofá. La vista al mar era sorprendente. Para ser invierno había bastante sol en aquel momento. Y según lo que me había contado Manolo en el avión, la gente era acogedora, pero había que tener cuidado con las personas con las que te encontrabas. Según él, también había bandas con las que no te podías meter si querías volver a casa de una pieza.
Eso no me preocupaba. Es mas, ellos son los que deberían tener cuidado conmigo.
Nunca he matado a nadie…, bueno sí, mate algunos, antes de que me encontrara mi abuelo, a partir de hay mis recuerdos están borrosos. Nunca conseguía recordarlo, me daba dolor de cabeza cada vez que hacía un intento por recordar.
De la misma manera que me pasaba cuando ponía en mi mente, mi peor recuerdo…
La noche de la muerte de mis padres hacía ya más de dos mil años.
Nunca supe que ocurrió. Ni siquiera Shirumy, mi guardián y mi mejor amiga. Ella me explico que era y como podía controlar mi poder. Pero tampoco sabía que es lo que ocurrió aquella noche. Solo recuerda que hubo una gran explosión llena de una luz cegadora, después de eso desaparecí hasta que me encontró, bajo los cuidados de mi abuelo.   
Pues menuda forma, yo, sin recuerdos y sin forma de recordar. Por lo menos que me de un empujoncito.
Pero no.
Ella siempre se calla. Para aparentar la apariencia de un pájaro charlatán, hablaba menos que un mimo. Claro que por otra parte si alguien me viera hablando con un pájaro del tamaño de un halcón, me llevaría a un siquiátrica.
La puerta se abrió y me volví.
Un hombre mayor de cuarenta, estaba mirándome fijamente detrás de unas gafas. Llevaba  puesta una bata blanca.
-Tu eres Sandra ¿no es así?
-Respire hondo- Sí, lo soy
-Soy Antonio, un viejo amigo de tu antiguo tutor, supongo que no te ha hablado mucho de mi – en lo mas mínimo.
-No, lo siento.
-Yo soy el que lo siente. Supongo que lo echaras de menos.-Ni se lo imaginaba.
-Ya no se puede echar marcha atrás.-las ultimas palabras sonaron ahogadas-Pero me gustaría saber cuando se va a celebrar su funeral.
Siguió un largo silencio hasta que hablo
-Me temo que lo incineraron cuando estabas inconsciente en el hospital. Al no tener más familia decidieron que era lo mejor.-eso no era verdad yo era su familia- Mandaran las cenizas en unos días.
No hablé. No podía. Estaba desconcertada por el cambio tan brusco. Primero el incendio, después la muerte de mi abuelo y luego esto, vivir con unos desconocidos.
-Sandra, sé que el cambio es muy brusco, y que puede costarte, acostumbrarte…-se quedo en silencio, y cambio de tema-solo queremos que te sientas cómoda.
No le respondí.
Podía haberse guardado el discurso. No estaba para me dieran sermones.
Se volvió y miro sobre su hombro.
Aparte la mirada. No quería estar con nadie, solo, estar sola.
-Haremos todo lo posible para que te sientas cómoda.
Escuché el sonido de la puerta al cerrarse.
Lo que estaba sucediendo era una locura, vivir entre una familia que ni siquiera sabía lo que soy realmente. Por no decir que uno de ellos era médico. Si llegara a darse cuenta de mi rápida recuperación, ya tendría motivos para colocarme sobre una camilla de operaciones y abrirme en canal.
 Tendría que controlar las cicatrizaciones mientras estuviera con gente a mi alrededor.
Aunque si tengo que escoger entre una camilla de operaciones y vivir una vida normal, prefiero lo segundo.
No me quedaba otra opción, viviría bajo este techo asta que fuera mayor de edad o me fuera a estudiar fuera. En cualquier caso me que daban varios años antes de largarme.
Después de un largo rato mis nuevos tutores aparecieron con una sonrisa dibujada en la cara
-Pensamos que quizás querías ver tu habitación- Antonio cogió la mano de su esposa,  que radiaba felicidad por todos sus poros, ni que fuera un perro que acababan de acoger.
La casa era más grande por dentro que por fuera. Nada mas salir de la habitación te encontrabas con un extenso pasillo, y en mitad de este unas amplias escaleras que conducían a las habitaciones en el piso de arriba
¿Y solo eran cuatro y los coches?
-Te hemos preparado una habitación lo más rápido posible- mencionó Antonio mientras subíamos las escaleras- espero que te agrade.
Si estar en una casa totalmente desconocida, y tener que vivir en ella con personas que tiran  cubos de agua a la cabeza; ¿podía una sentirse uno bien aquí?
Se detuvieron delante de una puerta y la abrieron.
Menudo cuarto, era una habitación enorme en tonos azules. Tenía varias estanterías repletas de libros y novelas, había un escritorio con un ordenador. Y la ventana tenia vista al mar. Esa habitación  tenía todo lo que me gustaba incluso las vistas.
¿Cómo era posible que una familia a la que nunca le había visto el pelo, supieran mis gustos?
-Por lo que veo, te gusta tu nueva habitación- comentó Hellen.
No se lo podía negar.
-Creo que esto es demasiado- le repliqué
-Tonterías, aquí te sentirás como en casa en poco tiempo. No queremos que te falte de nada- me replicó Antonio
            Los dos tenían una sonrisa de oreja a oreja. Era la nueva mascota y no tenía ni idea.
            -Bueno, me vuelvo al trabajo, nos vemos después- se despidió de mi- adiós cariño- le dio un beso a Hellen y se fue.
            -Yo también tengo que irme Sandra,- me dijo- Iak y Daniel estarán en casa el todo el día, vendré sobre las nueve y media. Puedes irte acomodando de mientras estoy fuera.-dicho esto se fue
            Menudo día. ¿Cómo me las iba a apañar para que no descubrieran lo que soy y no le dieran un infarto?
             Noté una presencia detrás de mí y me gire. Era el niño pequeño Daniel. Me miraba con la misma sonrisa que Hellen y Antonio.
            -Hola- me saludó
            -Hola- intenté ponerle una sonrisa
            -Vas a quedarte aquí, ¿verdad?
            -Eso parece
            -Perdona por lo de antes, creía que eras Cristina- tenía cara de pocos amigos
            -¿Quién es Cristina?
            -La novia arpía de Iak
            Respire una gran, bocanada de aire- ¿Y el cubo de hielo era para ella?
            -Sí, había oído decir a Cristina que se pasaría hoy para hacerle una de sus muchas visitas a Iak.- escupía las palabras. Se veía que no le gustaba esa Cristina.
            Del amor al odio solo hay un paso, en este caso estaba claro que había escogido.
            -Oye,- me llamó la atención- ¿de verdad eres de Dublín?- parecía extrañarle.
            -Sí
            -Pues, parece que llevas mucho tiempo viviendo en España porque lo hablas muy bien.
            Si yo le contase
            -¿Podrías ayudarme con mi inglés?
            -Porque no
            -¡Genial!- y se fue más feliz que un niño en Navidad
            Al menos a ese pequeñajo le caigo bien. Era extraño que no lo asustara, la mayoría de los niños de su edad siempre se asustaban cuando los miraba, incluso las madres los alejaban de mí. Supongo que el instinto es más fuerte.
No lo puedo negar, incluso yo me fio de él.
Le eche un ojo a la habitación donde me iba a quedar había novelas de todo tipo. Estaban las sagas enteras Crepúsculo, Memorias de Idún…
Me gustaba mucho la lectura, pero siempre los pedía de la biblioteca, no tenía sitio en mi cuarto para la cantidad de libros que leía.
Sonó el timbre. Iak pasó por la puerta sin decir nada y bajo la escalera. Salí fuera de la habitación y vi como bajaba las escaleras.
-Esa es Cristina- mencionó Daniel detrás de mí- ¿Por qué no vamos al salón y vemos la tele?, no quiero estar aquí cuando suban.- se le había puesto la cara blanca.
-Vale – le dirigí una sonrisa
Bajando las escaleras, nos encontramos con Cristina. Era una rubia de bote, con demasiado maquillaje en la cara. ¿Cuántos quilos de maquillaje se echara al día?
Se detuvo de golpe y me clavó la mirada
-¡¿Quién eres tú?!-gritó
-Soy Sandra-extendí la mano para estrechársela. La dejó en el aire.
-Tranquila,-  Iak le rodeo los hombros – se va a quedar aquí a partir de ahora es de Irlanda.
-Se le puso una sonrisa en la cara- en ese caso, hasta otra Sandra, adiós Daniel.
Se escondió detrás de mí y giró la cara. Subieron las escaleras sin decir nada más.
-Venga, Sandra vamos-  me cogió de la mano y tiro de mi
Me llevo a la sala donde me había despertado. Me senté en el sofá, mientras él abría un armario, donde estaba la tele.
-¿Qué te apetece ver?
-Pon lo que te apetezca
Encendió la tele y nos sentamos en el sofá; estuvo haciendo zapping un buen rato. De repente se escuchó un grito y miré hacia la puerta, Daniel se aferró a mi brazo.
-No entiendo como le gusta- murmuró
Ahora entendía a lo que se refería.
Oía perfectamente como bajaba la escalera, incluso saltaba. Una hora ahí arriba y bajaba más fresca que una rosa. La entrada se cerró de un  portazo.
Iba a tener problemas con Cristinita, eso me lo veía venir, la cuestión era, ¿cuándo se dejaría llevar por sus celos y como atacaría? Tendría que andármela con cuidado cuando este cerca de ella.
Nos quedamos viendo la tele hasta tarde, para entonces Daniel estaba dormido, su hermano no había bajado desde que se fue Cristina, y sus padres no habían llegado.
Esto no era mi casa donde estaba con mi abuelo, donde me sentía segura, donde charlaba con él cuando me escapaba y me castigaba un par de días hasta que me volvía a escapar, y volvía a empezar la misma historia.
Eché la cabeza hacia atrás, y cerré los ojos, recordando los días en los que pasé con mi abuelo, cuando me enseñó a jugar al ajedrez, desde aquel día se arrepintió de haberme enseñado.
Me reí en silencio, el pobre no conseguía ganarme nunca; me gustaría que nada de esto hubiera pasado, volver atrás y cambiar todo lo que le dije antes de marcharme.

Una mano suave y cálida me zarandeaba suavemente.
Debí de quedarme dormida.
-Despierta
Abrí los ojos, y enfoqué la vista. Estupendo era Iak.
-¿Qué pasa?- estaba adormilada
-Te has quedado dormida, junto con mi hermano. Ya he llevado a Daniel a su cuarto, vete  a dormir.
Era muy fácil para él decir eso. Pero le hice caso y me fui a mi ´´ nueva `` habitación.